
Verano, tiempo de sandía y de paletas, así que por qué no combinar ambos y hacer paletas de sandía. Mientras me metía los palitos de mi armario de arte recordé piden a comer tantos helados como sea posible por mi mamá, ella necesita los palitos para manualidades de Cub Scout. Ahora 50 años después estoy tomando palitos y convirtiéndolos en palitos de paletas. LOL. Otra historia de paletas: cuando era un niño, nos fuimos a acampar y en nuestro camino a casa en un muy caluroso día de verano (sin aire acondicionado en los coches en ese entonces) mi papá se detuvo y nos cada uno compró una paleta. Todos los niños mayores comieron nuestras paletas, pero mi hermanito, que sólo llevaba un pañal de tela, su puso sobre su vientre para refrescarse a sí mismo. Cuando que hubo terminado, su mano, la barriga y el pañal se tiñeron de naranja. Aquí vamos.